18 de enero de 2011

UN RESTAURANTE LLAMADO TARTÁN. MADRID * BY ÑAMÑAM *

AUTOR; BLOG ÑAM ÑAM

“Bueno, bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí?”. Eso es lo que pensé la primera vez que empecé a curiosear sobre T.A.R.T.A.N. Me enteré hace muy poco de la existencia de este restaurante via facebook y, tras investigar su web y hacer algunas preguntas aquí y allá, pronto decidí que quería conocer de primera mano un lugar que parecía tener muy buena pinta. Sospechas confirmadas, y es por ello que ahora estoy feliz de presentaros un estupendo restaurante llamado T.A.R.T.A.N.







T.A.R.T.A.N. tiene una bonita historia detrás. Es la historia de Javier Muñoz-Calero, un cocinero de los que salen de la cocina a saludarte con la camisa llena de salpicaduras y una sonrisa de oreja a oreja. Alguien que ha conseguido montar el sitio en el que a él le gustaría estar, sin pretensiones, con cocina de buena calidad y a buen precio, con una decoración preciosa y muy personal y con un ambiente familiar que te hace sentir bien recibido inmediatamente. Y lo del ambiente familiar no es un tópico, la encantadora y elegantísima madre de Javier te recibe en la puerta, y Marta, su hermana, es la encargada de comunicación de T.A.R.T.A.N. Aquí, todo queda en casa.
Resulta que a Javier siempre le gustó, además de cocinar por supuesto, el tartan. Ese tejido maravilloso, clásico y moderno a la vez con el que ha vestido y bautizado a su restaurante. El experimento no le podía haber salido mejor.






Pero no sólo de telas bonitas vive el hombre, asi que vayamos a lo importante en T.A.R.T.A.N., el buen comer. La comida empezó con una terna de sabrosos entrantes: chupito de salmorejo con jamón, huevo y croutons de pan, conos de bolitas de ternera thai y mini-rusitos de pollo crujiente, y ensaladilla rusa con aguacate.




El salmorejo es finísimo, estupendo para abrir boca. Las bolitas de ternera y los mini-rusitos venían acompañados de una salsa de soja y sésamo y de una espuma de mayonesa respectivamente, aunque ese respectivamente es sólo en principio, T.A.R.T.A.N. no es uno de esos restaurantes con normas estrictas en los que los camareros te aleccionan acerca de cómo comerte tu plato. Todo lo contrario, en T.A.R.T.A.N. estás en casa, asi que cómete las cosas como mejor consideres. La ensaladilla rusa con aguacate ya se ha convertido en un pequeño gran clásico de este restaurante, tengo en mente a un par de amigos míos amantes de este plato a los que me voy a llevar a T.A.R.T.A.N. sólo para que prueben esta delicia.


El siguiente plato fue una coca de tomatitos de rama, rúcola y parmesano. Una conjunción de sabores deliciosamente fuertes en una masa fina y crujiente.



A continuación tomamos unos tacos de atún fresco con cilantro, tiras de nachos y una sorprendente salsa de reducción de vermut rojo. Muy recomendable.


Y, tachán tachán, con ustedes uno de los platos estrella de T.A.R.T.A.N., la Carrillera de ternera con parmentier y crujiente de puerro. Sencillamente buenísima. La carne absolutamente tierna, pura mantequilla, y ese parmentier mmmmm, espectacular. No podéis iros de aquí sin probar este plato, palabra de ñam ñam.



Este banquete lo regamos con el vino de la casa. Aquí, de nuevo nos encontramos con una muestra de buen gusto. Una excelente botella de Ribera de Duero que acompañó perfectamente a todos los platos.


Ya se sabe que por muy llenos que estemos siempre hay sitio para el postre. Y menos mal, porque aquí merece la pena tener hueco para probar un par de cositas más. Es en los postres donde se hace más patente la simpatía y el gusto por lo sencillo y lo casero de Javier. En la carta se puede elegir entre tarta de chocolate con sopa de letras, mini-cake de chocolate con crema de Chantilly, falsas pizzas de fresa, frambuesas y compota amarga de manzana y aceite de vainilla o, y estas fueron nuestras opciones, taza de chocolate a dos temperaturas y Peta-Z y un ice-cream con trocitos de galleta inglesa y falsos lacasitos.





La conclusión a la que llegué después de esta magnífica comilona fue que es estupendo que en este mundo haya gente como Javier y su familia, que cuando saben que tienen una idea buena entre manos y capacidad de llevarla adelante no se dejan intimidar por las circunstancias amenazantes que se han convertido en el pan nuestro de cada dia. T.A.R.T.A.N. va a triunfar porque detrás hay trabajo, buen hacer y mucha calidad. Yo pienso volver continuamente asi que nos vemos allí!


T.A.R.T.A.N. está en la C/ General Pardiñas 56, en Madrid. El precio medio de una comida abundante ronda los 30 € persona.
* Fotografías realizadas por Nicolás Santos Pardo

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