Publicación; TELVA.COM
Desvelamos las claves de su éxito
Ya llevamos tiempo escuchando hablar del restaurante Tartán. Conseguir mesa se ha convertido es misión imposible. ¿Cuál es el secreto de su éxito? En Telva.com hemos decidido llegar al final de este asunto y para descubrir qué tiene este lugar nos infiltramos como una comensal más... ¿Quieres saber el resultado de nuestra "investigación"?
El restaurante Tartán, en pleno barrio de Salamanca, lleva abierto cerca de un año y su nombre ya es uno de los favoritos en la agenda de quienes buscan nuevas experiencias gastronómicas. Después de escuchar su nombre en repetidas ocasiones, decido averiguar qué tiene de especial este restaurante de moda. Sin embargo, inflitrarme como una comensal cualquiera, resulta más difícil de lo que pensaba. Tras varios intentos, consigo reservar mesa para comer.
Adelantando trabajo descubro que... el chef, Javier Muñoz-Calero, se ha formado y trabajado alrededor del mundo: Tailandia, Estados Unidos, Francia, Suiza, País Vasco, Cataluña... Y se ha rodeado de un equipo en el que prima la diversidad y el gusto por hacer una comida de calidad, sin pretensiones. Su vuelta a Madrid, le permite seguir desarrollando su pasión por la cocina de la manera más personal. La cosa promete.
La primera impresión... cuando llego y subo las escaleras, con pequeñas macetas en cada peldaño, empiezo a intuir que el buen gusto de su decoración tiene bastante que ver con que la gente elija este lugar para reunirse con amigos, compañeros, familia... La tela escocesa que le da nombre, se encuentra en cada rincón convirtiéndolo en un lugar cálido y acogedor. Una vez sentada en la mesa, puedo disfrutar de cada detalle: piezas antiguas, velas, cajas de lata vintage, flores, sillones y butacas tapizadas...
Me obligo a concentrarme en lo que voy a pedir. La carta elaborada a base de platos sencillos, con influencias de medio mundo, hace difícil decidirse. Todo es apetecible y no sé a qué renunciar. Al final pido varios platos para picar y probar un poco de todo: el foie mi cuit con corte de bizcocho (increíble combinación de dulce y salado con el delicioso mi cuit y el punto de sal perfecto). Las chips de alcachofa con aceituna negra (crujientes y deliciosas). Los conos de bolitas de ternera thai y mini-rusitos de pollo crujiente (sorprendentes y con una presentación original). Por último, me pido la brocheta de pollo con cacahuete, humus, polvo de tomate y pan de pita.
La prueba de fuego. Siempre he pensado que la carta de postres es una de las partes definitivas de todo buen restaurante. Es el último plato que vas a tomar y puede cerrar con un broche de oro la comida perfecta o dejarte con "mal sabor". Y si además, eres una persona golosa, la prueba es decisiva. Dudo unos instantes si pedir directamtente el carrito con todos los dulces. Al final me contengo y me decido por: el ice-cream con trocitos de galleta inglesa y falsos lacasitos. La tarta de chocolate con sopa de letras (de lo mejor y de los platos más divertidos que he visto y probado). Y las falsas pizzas de fresa, frambuesas y compota amarga de manzana y aceite de vainilla. Broche de oro, sin duda.
Las conclusiones... después de este trabajo de campo creo saber por qué el restaurante Tartan está tan solicitado. El entorno agradable, los pequeños detalles, la presentación de sus platos, los nuevos sabores y la sencillez de su carta lo convierten en el perfecto lugar de reunión. Además, la gran variedad de sus entrantes y postres te dejan con ganas de volver y probarlo todo. De hecho, empiezo a pensar que quizá deba investigar un poco más...
0 comentarios:
Publicar un comentario