Localización: Calle General Pardiñas 56 (esquina Calle Don Ramón de la Cruz)
Teléfono: 91 402 76 89
Un restaurante llamado Tartán (web), sin duda uno de los sitios más de moda actualmente en Madrid. El chef Javier Muñoz-Calero y todo su equipo han conseguido estar en boca de muchos, ofreciendo productos de calidad, cocina sencilla y unos precios muy razonables. El restaurante se encuentra en el barrio de Salamanca.
Estuvimos cenando dos personas hace unos días. El local estaba totalmente lleno, tanto arriba como abajo y la verdad que no era nada ruidoso, lo cual se agradece. En cuanto a la comida, para variar, pedimos un entrante para compartir, un plato cada uno y un postre también al centro.
Antes de decidirnos y mientras ojeábamos la carta nos sirvieron un aperitivo, "grillet" de oca, que era como un paté de finas hebras de carne de oca desmigada. Estaba muy fino y muy rico la verdad. Perfecto para los 3 ó 4 tipos de panes diferentes que te sirven y que es un detalle.
El entrante que elegimos, en realidad fue uno de los principales: el steak tartar. Me encanta este plato y en este sitio lo clavan! Lo he bautizado como steak "tartán". Servido con un huevo de codorniz "on top" y acompañado de tostas de pan. Para mi gusto, en su punto de especias y un toque de picante justo. Muy recomendable para los carnívoros.
Y justamente carnívoros, es como nos sentíamos esa noche. Los dos platos principales fueron carne. Así que en mi próxima visita probaré algo del mar y una de las recomendaciones de mi hermano mayor (cliente habitual): el arroz cremoso de gambas sin gambas... el nombre intriga.
Mi acompañante se pidió la hamburguesa de ternera, con camembert derretido por encima y maíz salteado. Como veis en la foto es apta para primeras citas, puesto que viene sin pan, y te la comes con cuchillo y tenedor sin mancharte. Un buen trozo de carne jugosa. Viene acompañado de unas láminas de patatas.
Yo me decanté por el lomo bajo fileteado. Tierno, sabroso, con un toque de sal gorda y en su punto. Acompañado por un arroz, unos pimientos de Guernica, unas láminas de patatas y una salsa para mojar pan y no parar. Muy buena combinación todo ello.
Y dado que era nuestro último día antes de ponerse a dieta, pues nos pedimos un postre para darle un toque dulce. Una tarta de chocolate de las de antes. Cuando las invitaciones a los cumpleaños se hacían por tarjeta en lugar de crear un evento en facebook. Muy original.
A esto hay que sumarle una botella de vino, un par de refrescos y el agua. Con lo que comiendo más de la cuenta y bebiendo más de lo permitido, salimos a 42€ por persona. En mi opinión razonable, para tal homenaje.
Otra cosa que me gustaría comentar y que probaremos en la siguiente visita es la amplia selección de quesos que te ofrecen, muy variada, de diferentes zonas y países.
Debido a que mi acompañante no me ayudó mucho con la botella de vino, nos saltamos la copa del final. Pero si te gustan los gin tonics, la Sumiller, Mónica Tovar, además de saber mucho de vino, tiene fama de preparar unos magníficos gin tonics.
Y hablando del vino, un detalle muy importante y que se agradece, es que te puedes llevar la botella de vino a casa si te sobra. Ellos mismos te lo ofrecen y sugieren. Está genial, porque así no estas forzado a bebértela entera o a decidir prescindir del vino por miedo a la Benemérita.
Para terminar otro apunte. Ofrecen la posibilidad de cerrarte un menú para grupos, lo cual es bastante cómodo si os juntáis unos cuantos. Creo que estos menús no son fijos y cambian cada día dependiendo de la oferta del mercado.
Y eso es todo. Espero que os parezca interesante y os guste. Os dejo la carta para tentaros:
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